Nombre Comercial y Genérico
Chloroquine es también conocido bajo el nombre genérico de cloroquina. Se comercializa comúnmente como Aralen, entre otros nombres de marca. Es esencial reconocer tanto el nombre genérico como el comercial para evitar confusiones al recibir o dispensar la prescripción.
Clasificación Farmacológica
La cloroquina pertenece a la clase de medicamentos antimaláricos. Además, posee propiedades antiinflamatorias y se utiliza en el tratamiento de enfermedades autoinmunitarias como la artritis reumatoide y el lupus eritematoso sistémico.
Indicaciones Aprobadas
La cloroquina está indicada principalmente para la prevención y tratamiento de la malaria. Actúa inhibiendo el crecimiento del parásito Plasmodium, que es el causante de la malaria. Además, se utiliza en el tratamiento de afecciones autoinmunitarias como mencionado previamente, debido a sus efectos sobre el sistema inmunológico.
Mecanismo de Acción
El mecanismo de acción de la cloroquina involucra la intervención en el metabolismo de los parásitos de la malaria. Interfiere con la capacidad de estos para metabolizar y utilizar el eritrocito, es decir, la célula sanguínea roja, impidiendo su reproducción y propagación. En enfermedades autoinmunitarias, la cloroquina modula la actividad del sistema inmune, aunque los mecanismos exactos aún son tema de investigación.
Formas de Presentación y Dosificación
La cloroquina se presenta típicamente en forma de tabletas de 250 mg y 500 mg. La dosificación recomendada varía según la indicación para la que se prescribe. Para el tratamiento de la malaria, la dosis inicial habitual puede ser de 1000 mg seguida de 500 mg a las 6, 24 y 48 horas después de la primera dosis. En el tratamiento de enfermedades como el lupus o la artritis reumatoide, la dosificación es generalmente menor y ajustada individualmente.
Interacciones Medicamentosas Significativas
La cloroquina puede interactuar con otros fármacos, alterando su efectividad o exacerbando efectos secundarios. Es importante evitar la combinación de cloroquina con medicamentos como amiodarona o moxifloxacina, debido al riesgo aumentado de arritmias cardíacas. También puede interferir con la acción de medicamentos antidiabéticos y antiepilépticos, requiriendo ajustes en las dosis de estos tratamientos.
Contraindicaciones y Precauciones
La cloroquina está contraindicada en personas con hipersensibilidad conocida al principio activo o a cualquier excipiente incluido en la formulación. Además, se debe usar con precaución en pacientes con enfermedades hepáticas o renales, trastornos neurológicos o psiquiátricos, y en aquellos con historial de cardiopatías. Estas condiciones pueden requerir ajustes de dosis o evaluación médica exhaustiva.
Efectos Secundarios y Manejo
Los efectos adversos de la cloroquina pueden incluir dolores de cabeza, mareos, trastornos visuales y gastrointestinales como náuseas y vómitos. Los efectos más graves, aunque menos frecuentes, incluyen trastornos cardíacos y neuropsiquiátricos. El manejo de estos efectos adversos puede requerir desde ajuste de dosificación hasta la discontinuación del medicamento, dependiendo de la severidad y el juicio clínico del profesional de la salud.
Recomendaciones para el Almacenamiento
Las tabletas de cloroquina deben almacenarse a temperatura ambiente, lejos de la luz directa y la humedad. Mantener el medicamento en su envase original y fuera del alcance de los niños para evitar ingestas accidentales, las cuales pueden ser severamente nocivas.
Monitoreo Durante el Tratamiento
Es vital monitorizar a los pacientes bajo tratamiento con cloroquina, especialmente en lo que respecta a la función visual, debido al riesgo de toxicidad retinal. Se recomienda realizar exámenes oftalmológicos periódicos durante tratamientos prolongados. También es importante supervisar las funciones hepática y renal, y el estado neuropsiquiátrico, para detectar posibles efectos tóxicos a tiempo.
Consideraciones Especiales para la Población
En poblaciones especiales, como embarazadas y lactantes, se debe administrar cloroquina solo si el beneficio justifica el riesgo potencial al feto o el niño lactante. En niños, las dosis deben ajustarse cuidadosamente según el peso corporal para evitar la sobredosis, y en ancianos, se debe monitorizar la función renal debido a la posible disminución asociada con la edad.
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